El joven de 20 años, Jonatan Puente, que vivía en Junín (provincia de Buenos Aires) estaba desaparecido desde el 10 de julio, su familia había marchado para pedir por su aparición y la policía lo buscaba intensamente.

Pero  finalmente, lo encontraron  muerto en la chimenea de una casa quinta, que habría intentado robar, a cinco cuadras de su casa,  donde vivía con sus padres y hermanos.

Los dueños de la casa, la familia Aguiar,  donde apareció Jonatan relataron que: “habían notado que el alambrado perimetral estaba cortado, al igual que algunos cables de electricidad. También encontraron una mochila y un par de zapatos tirados en el parque. Sin embargo, al revisar la casa y ver que no faltaba nada, creyeron que el ladrón se había ido al no poder ingresar a la vivienda”.

“Días después, comenzaron a notar un feo olor en el interior del hogar. En un primer momento creyeron que era algún animal atrapado por lo que tiraron desinfectante y se fueron. Pero la hija de la familia fue a pasar allí el día pero no pudo quedarse debido al nauseabundo olor”.

“El último domingo, el padre de los Aguiar decidió ir a ver donde provenía el olor. Buscando, descubrió que había algo atrapado en la chimenea. Cuando intentaron removerlo se dieron cuenta  que se trataba de un cuerpo humano apretado en la pequeña estructura”.

Los bomberos, y  la policía, lograron  sacar el cuerpo de la chimenea luego, al demoler una parte, notaron que estaba en un estado de descomposición avanzado y su rostro era irreconocible.

Al revisar las ropas del fallecido encontraron su documento y fue cuando confirmaron que se trataba de Jonatan.

El fiscal Carlos Colimedaglia y su equipo de investigación descartaron la teoría del homicidio e indicaron que Puente habría incurrido en un intento de robo